Evidentemente incómodo, Humberto Campodónico,
presidente de Petro-Perú, no quiso contestar ninguna pregunta referida al
gasoducto andino del sur ni sobre la petroquímica. Acababa de terminar una
conferencia de prensa que convocó para hablar de los beneficios de la
modernización de la refinería de Talara y, pese a la insistencia de la prensa,
no se desvió del tema como en otras oportunidades. Y es que el funcionario de
Petro-Perú se quedó sorprendido cuando el presidente de la República, Ollanta Humala, anunció
en su mensaje del 28 de julio la licitación y construcción de un etanoducto
entre Pisco e Ilo y la subasta del primer tramo del denominado gasoducto andino del sur(Gansur).
Esto le quitaba piso a todo el esfuerzo que había desplegado Campodónico en
lograr un crédito puente por parte del Estado para financiarle a Kuntur
Transportadora de Gas la construcción del primer tramo de Gansur, lo que a su
vez hubiera permitido la participación de Petro-Perú en este proyecto de más de
US$4.000 millones.
CAMBIO DE RUMBO
La decisión de no autorizar el crédito puente
se tomó dos días antes del mensaje presidencial. El ministro de Economía y
Finanzas, Luis
Miguel Castilla, se reunió con su par de Energía y Minas, Jorge Merino, y ambos
convocaron a funcionarios de la Corporación Andina de Fomento (CAF), entidad
encargada de estudiar la viabilidad de la participación de Petro-Perú en el
proyecto de Kuntur. En la reunión, los titulares informaron a la CAF que el
Gobierno no aprobaría la participación de Petro-Perú en este proyecto. La CAF
se había comprometido a realizar la evaluación de Gansur desde varios ángulos:
la ingeniería, que le fue encargada a Gulf; lo legal, al Estudio Echecopar; la
parte contable y financiera, a KPMG; y un estudio de la parte social y
ambiental. Petro-Perú iba a pagar a la CAF en caso de éxito, es decir, si
lograba participar en el proyecto. Al final, esto se frustró y la evaluación de
la multilateral quedó en el aire.
LOS REPAROS
Diversas fuentes del Gobierno aseguran que lo
que llevó al titular del MEM y, sobre todo, al del MEF a retroceder fue el
crédito puente. Según los consultados, el otorgar financiamiento a una empresa
privada como Kuntur (cuyo único accionista es Odebrecht) era inconstitucional.
Más aun porque Conduit, anterior accionista de Kuntur, se había comprometido a
desarrollar el proyecto sin ninguna ayuda. El temor había sido puesto de
manifiesto meses antes por Castilla al pedir al Congreso que decida si es que
se le debería otorgar o no el crédito a Kuntur. En un nuevo escenario, en el
cual ya no era seguro el crédito puente para la subsidiaria de Odebrecht, ¿qué
decidió hacer entonces el Gobierno? Finalmente se inclinó por licitar la
concesión del primer tramo de Gansur y la construcción de un etanoducto desde
Pisco hasta Ilo.
COMPETENCIA
Según el especialista energético, Anthony Laub, socio de Laub & Quijandría,
el proyecto del etanoducto compite claramente con el proyecto de Kuntur.
Conforme señala, un tercio de los ingresos que generaría la infraestructura de
transporte (gasoducto y poliducto) de esta empresa estaba representada por el
etano. Además, a diferencia de los consumos de gas natural aún indefinidos que
tendrá el sur, la petroquímica representaba para Kuntur un ingreso fijo y
predecible. “El uso del gas que le da atractivo a este proyecto es la industria
petroquímica, la producción eléctrica y eventualmente la exportación de gas. Si
le quitas uno de ellos le generas un problema. La petroquímica, a diferencia de
las empresas eléctricas, tiene un consumo fijo de gas; si no hay petroquímica
del etano le estás quitando valor a Gansur”, dice Laub. En su momento, el
ministro Merino justificó la construcción del etanoducto en el hecho de que la
abundancia de ‘shale gas’ o gas de esquisto –que ha puesto de cabeza los
precios del gas natural a nivel mundial– constituye una amenaza para el
desarrollo de la industria petroquímica en el país. En el mundo hay dos formas
de obtener el etileno: a partir de la nafta petrolera y del etano del gas
natural. Merino explica que el etileno obtenido con nafta tiene un precio entre
5 a 8 veces superior al etileno obtenido de etano. De ahí que las petroquímicas
de nafta están migrando al uso del etano, lo que genera mayor competencia
potencial para cualquier proyecto en el Perú. Asimismo, Merino ha indicado que
en la actualidad no se aprovecha el etano que se extrae de Camisea, pues se
quema o se exporta. “De los 1.200 millones de pies cúbicos por día de gas
natural que se consumen en el país y la parte que se exporta, es factible
extraer 100 millones de pies cúbicos por día de etano, volumen que permitiría
producir hasta 1 millón de toneladas de etileno al año”, señala. Una fuente del
MEM, refiere que el Gobierno ha decidido tomar el tema de la petroquímica en
sus manos, porque no cree que haya forma de que se desarrolle solo por
iniciativa privada. “La petroquímica no va a venir si no le garantizas
infraestructura, un buen puerto y el etano que necesita. Si esto no es así,
vamos a seguir esperando a que se concrete el proyecto y no va a pasar nada.
Hoy con lo que se produce en gas natural en Camisea es suficiente para tener
una petroquímica de etano”, señala un funcionario del MEM que pidió no ser
identificado. La nueva propuesta del Gobierno tendría, sin embargo, varios
problemas. El primero es que la separación del etano se hará en la costa y no
en el campo de Camisea. “Al suceder esto, el que obtenga el etano no va a
negociar solo con una empresa sino con los 42 dueños de ese gas en la costa”,
señala un ejecutivo ligado a Odebrecht. Un segundo tema es el hecho de que el
Gobierno planea construir un gasoducto que abastecerá el norte del país y que
partirá desde un punto cercano a Ayacucho. El citado ejecutivo señala que
cuando esto suceda parte del etano, que se espera recuperar en la costa, se irá
al norte. Por último, se plantea transportar el etano por la costa desde Pisco
a Ilo o Moquegua pero, según el mismo ejecutivo, no tiene sentido económico que
el etanoducto recorra más de 1.000 kilómetros al sur cuando la petroquímica del
etano podría instalarse en Pisco, con los consiguientes ahorros en
infraestructura. Sin embargo, en el MEM se dice que hay una decisión política
de por medio de instalar la petroquímica en el sur. El ministro Merino refiere
que la utilidad de una petroquímica del etano es de US$1.230 por tonelada
métrica (una rentabilidad de 25,5% sobre la inversión). Esto basta para
viabilizar una inversión de US$1.000 millones para que el sur se beneficie de
ella. Laub afirma, en tanto, que si el Gobierno aspira a adelantar el proyecto
petroquímico, no lo logrará porque se trata de construcciones que requieren de
varios estudios que toman mucho tiempo. “Construir el etanoducto tomará tres
años, con lo cual podría estar listo el 2015. Mientras que una petroquímica
requiere de estudios de impacto ambiental, de factibilidad, estudios de
ingeniería, etc., todo lo cual toma por lo menos seis años. ¿Qué pasará durante
el tiempo entre que se acaba de construir el etanoducto y la petroquímica?
¿Tendremos un ducto vacío?”, se pregunta el especialista. Según la fuente del
MEM, el Gobierno habría decidido tomar el proyecto petroquímico del etano en
sus manos porque la experiencia en la construcción del gasoducto al sur no ha
sido hasta el momento positiva, pues ha tomado mucho tiempo. Así, estaría hoy
analizando la posibilidad de definir de una vez dónde se construirá la
petroquímica del etano (en Ilo o Matarani), qué facilidades se le darán y si
deberá promover una licitación de etano. Merino indica que Kuntur no ha
renunciado al proyecto del gasoducto, y añade que le han enviado una carta
donde le expresan su interés de seguir adelante con Gansur. Por cierto, es
conocido que una de las políticas de las empresas de Odebrecht es no pelearse
con los gobiernos, por lo que en el caso de Kuntur, quizá la procesión vaya por
dentro.
FUENTE: www.elcomercio.pe